La liposucción de papada es una operación estética que consiste en la eliminación de la grasa sobrante en cuello y papada mediante su aspiración con finas cánulas que se insertan a través de una incisión oculta en el pliegue del mentón. Con la succión de la grasa sobrante, se consigue moldear la zona y mejorar al aspecto facial. Este procedimiento quirúrgico, cada vez más demandado, consigue una disminución notable de la papada y una mejora del rostro.
La respuesta a esta pregunta es que "no". No todo el mundo es un buen candidato, por lo que debe ser el especialista quién determine, dependiendo del caso, si se es o no candidato.
Aquí hay que tener en cuenta que no es lo mismo la grasa acumulada que la piel colgante. La liposucción de papada puede ser la técnica idónea para aquellas personas que posean un acúmulo de grasa en la zona del cuello y el mentón, además de tener una piel con buena elasticidad. Sin embargo, para aquellos casos en los que predomina la flacidez o hay un exceso de piel, habrá que optar por una técnica quirúrgica cuyo objetivo sea estirar y eliminar la piel colgante, como es el lifting.
Tiempo quirúrgico
Anestesia
Hospitalización
Recuperación
La liposucción de papada es un procedimiento relativamente rápido. Se realiza una o dos pequeñas incisiones que se ocultan bajo el mentón o detrás de las orejas. Usando estas incisiones el cirujano introduce pequeñas cánulas de liposucción mediante las cuales retirará la grasa excedente y esculpirá un contorno natural y más armónico del cuello y mentón del paciente.
Los resultados de la liposucción de papada se ven al poco tiempo de la intervención y son de larga duración, ya que depende de los hábitos de cada paciente el no subir de peso. Se debe mantener una dieta sana y variada y un estilo de vida activo y saludable, ya que si se sube de peso la papada puede reaparecer.
En conclusión, la liposucción de papada es una cirugía muy sencilla y efectiva y si se siguen las recomendaciones que da el cirujano para la recuperación los resultados son efectivos y duraderos.
En el postoperatorio de la liposucción de papada puede haber ligeras molestias que se controlan con la medicación que pauta el cirujano, analgésicos, y que debe tomarse según sus indicaciones para evitarlas. Lo más habitual es que el paciente pueda incorporarse a la vida laboral a los pocos días tras la intervención.
Pueden aparecer hematomas y cierta inflamación en la zona los cuales suelen desaparecer pasados 10-14 días desde el procedimiento.
Por lo general, los puntos de las incisiones se retiran a la semana de haberse realizado la liposucción de papada, aunque cada paciente tiene sus tiempos y puede que el proceso de cicatrización dure algún día más.
Es importante, tanto antes de la intervención como después, no fumar ni consumir bebidas alcohólicas ya que pueden afectar a la cicatrización y circulación sanguínea complicando el postoperatorio.
También se debe evitar exponerse al sol de manera directa, al menos durante el primer mes y después aplicar un buen fotoprotector para proteger la cicatriz.
En algunos casos puede ser congénita, y en otros, manifestarse debido a la alimentación que se lleva. Aunque los factores que existen e incrementan la probabilidad y la gravedad de la papada son diversos, una de las principales causas es el envejecimiento.
El resultado es inmediato, aunque el resultado final podrá verse transcurrido unos tres meses desde la intervención, o cuatro meses, si además ha habido transferencia de grasa a nivel de la barbilla.
Puedes notar cierta tirantez y la sensación de tener la zona algo acartonada durante los primeros días.
Sí, la aparición de morados en el cuello es un procedimiento totalmente normal. Su cirujano le indicará cómo minimizarlos de forma efectiva y cómo llevar un buen cuidado de la piel.
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