El aumento de pecho, también conocido como mamoplastia, es una cirugía que se realiza para aumentar el tamaño de los senos. Implica colocar implantes debajo del tejido mamario o los músculos del tórax. A día de hoy, esta operación es una de las más demandadas en España, y a ella se someten cada año más de 18.000 mujeres, según datos de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE).
De lo que no hay ninguna duda es de los muchos beneficios que una mamoplastia puede proporcionar a la paciente. Beneficios que no sólo se circunscriben al ámbito de lo estético, sino que van mucho más allá, afectando de una forma positiva al bienestar psicológico de la persona, a su autoestima, a su satisfacción personal y a sus relaciones de pareja y sociales. Esto se refleja en las experiencias y opiniones sobre el aumento de pecho que cuentan nuestras pacientes.
Tiempo quirúrgico
Anestesia
Hospitalización
Recuperación
Antes de la operación de aumento de pecho, realizarás una primera visita con el cirujano que te hará un estudio preoperatorio para ver que estas en perfecto estado de salud y lista para hacerte la operación de pecho. Trataréis temas acerca de tus preferencias en cuanto al tamaño, la sensación al tacto y el aspecto de los senos. El cirujano, describirá tipos específicos de implantes ,además de las opciones de técnicas quirúrgicas. También te dará instrucciones de preparación para la cirugía.
Durante la primera visita con el profesional, no dudes en hacerle todas las preguntas que necesites, ya que una buena comunicación médico-paciente es fundamental para que te pueda ayudar a conseguir el objetivo deseado.
Existen diferentes vías de abordaje a la hora de realizar un aumento de pecho. Una de las mayores preocupaciones de las pacientes es la de si serán visibles cicatrices tras la intervención, y ni que decir, que los cirujanos siempre intentan que la cicatriz sea lo menos visible posible, aun así, estas dependerán de la zona en la que se realice la incisión, además de los cuidados postoperatorios y el tipo de piel de la paciente.
Existen tres vías de abordaje, es decir, tres zonas a través de las que el cirujano puede realizar una incisión para implantar la prótesis mamaria: por vía axilar, por vía periareolar o por vía submamaria. La elección de una de ellas depende del tipo de mama de la paciente y de los deseos de la misma, que como para otros factores de la intervención, tendrá al cirujano para asesorarle y recomendarle la mejor opción.
Vía submamaria:
Es la técnica más común y habitual en las mamoplastias de aumento de pecho porque evita que se toque la glándula de la mama y aborda directamente el bolsillo en el plano submuscular. Los motivos para utilizar esta vía de abordaje en el aumento de pecho son los siguientes:
Vía axilar:
En esta vía de abordaje, la introducción de los implantes se realiza a través de la axila, y como ventaja, podemos citar que la cicatriz queda oculta en ese lugar tan poco visible. El cirujano puede realizar esta cirugía empleando un endoscopio, esta es una herramienta con una cámara e instrumentos quirúrgicos en el extremo. El endoscopio se introduce a través de la incisión. Aquellos que la defienden, argumentan que la prótesis no queda tan alta y se puede colocar por encima o por debajo del músculo. No obstante, esta técnica tiene algún inconveniente, lo que hace que ésta sea una vía cada vez más en desuso: existe un mayor riesgo de pérdida de sensibilidad del pezón y existe mucha distancia desde el lugar de la incisión hasta el de la colocación del implante.
Vía periareolar:
Para está técnica, el cirujano realiza una incisión alrededor de la areola. Esta es la zona oscurecida alrededor del pezón, y el implante se coloca a través de esta abertura, sin embargo, para que sea posible esta vía, es necesario que la paciente tenga una areola de un tamaño suficientemente grande (al menos 3,5 centímetros de diámetro). Después de realizar una incisión, el cirujano separa el tejido mamario de los músculos y el tejido conectivo del tórax. Esto crea una cavidad, ya sea detrás o delante del músculo más externo de la pared torácica (músculo pectoral), donde el cirujano insertará el implante y lo centrará detrás del pezón.
La elección de los implantes mamarios es una de las decisiones previas más importantes a tu cirugía de aumento de pecho. Esta es una decisión que debe ser acordada previamente entre cirujano y paciente. Para la elección del implante, hay que tener en cuenta dos cosas: su composición y su forma.
Según su composición se pueden dividir en dos grupos, prótesis de gel cohesivo de silicona, y prótesis de suero salino:
Prótesis de gel cohesivo de silicona:
Estas prótesis están hechas con una cápsula formada por varias capas que unen las moléculas de este gel, por lo que brinda más seguridad y resultados más naturales. En otras palabras, el gel altamente cohesivo se caracteriza por una mayor unión entre las moléculas del gel, lo que le otorga mayor densidad.
Prótesis de suero salino:
Estas prótesis se colocan vacías dentro del pecho, por lo que precisan de una incisión mucho menor, procediendo a su relleno a través de una válvula con la cantidad indicada de suero salino para lograr el efecto estético que cada paciente desea.
Si nos fijamos en la forma, podemos tener prótesis redondas o anatómicas:
Prótesis redondas:
Las prótesis redondas son las más usadas y pueden elegirse en diferentes volúmenes, y por cada uno de ellos hay cuatro perfiles: bajo, moderado, alto o ultra alto, para adaptarse a los gustos personales de cada paciente, pero también a sus características físicas y corporales.
Prótesis anatómicas:
Son las que comúnmente se les llama " de lágrima" . Son implantes con forma de gota de agua, más estrechos y planos por la parte superior y que de forma proporcional se van ensanchando y tomando volumen en la parte inferior. Como desventaja de este tipo de prótesis, mencionar que pueden girarse después de colocadas, haciendo forzosa una segunda intervención.
Primeras 48h: la mujer puede sentir molestias y sensación de tirantez siendo esto normal, y para lo que el especialista recetará lo necesario para que sea lo más llevadero posible.
A los dos días de la intervención de aumento de pecho se quita el vendaje compresivo y se cambia por un sujetador deportivo sin aros.
Primera semana: al tercer o cuarto día ya se puede realizar una vida prácticamente normal con limitaciones en los esfuerzos con los brazos.
A los 7 días se retiran los puntos.
Primer mes: pasadas las primeras cuatro semanas se puede comenzar a realizar ejercicio físico de forma progresiva. Se aconseja que la paciente siga todas las indicaciones médicas pautadas por el equipo médico.
Es natural sentir molestias o dolor después de un aumento de pecho cuando han pasado los efectos de la anestesia. La duración y fuerza con la que se manifiesta este dolor dependerá de muchísimos factores únicos de cada paciente. En la mayoría de los casos tras la cirugía de aumento de pecho, se trata de una molestia leve perfectamente soportable.
Lo recomendable es incorporarse a partir de los 12-15 días, que es el tiempo necesario para que las heridas quirúrgicas estén cicatrizadas para pacientes que no realicen esfuerzos físicos, mientras que para aquellas que realicen esfuerzos físicos se alargue hasta el mes.
Generalmente, el tiempo de recuperación es de entre tres y cuatro semanas antes de que puedas realizar algún tipo de ejercicio físico .No obstante, cada paciente es diferente y cada intervención de , de aumento está personalizada, esto significa que debes escuchar la información específica que te proporciona tu cirujano.
Sí. se puede por lo general dar el pecho tras una cirugía mamaria de este tipo. No obstante, esa posibilidad dependerá de la vía de abordaje por la que el implante haya sido introducido, la zona en la que se haya colocado y del tipo concreto de implante. Por todo ello, si está contemplando la idea de, en un futuro, dar el pecho tras un aumento de mamas, lo aconsejable es que le comente dicho deseo a su cirujano para que él tome las medidas pertinentes y lo haga posible.
Las prótesis que actualmente están en el mercado no tienen fecha de caducidad, por lo que salvo excepciones (rotura del implante o una contractura capsular), no se necesita recambio. Lo fundamental es que la persona se realice los controles periódicos indicados para comprobar que las prótesis están en perfectas condiciones y sin ninguna grieta ni rotura.
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